miércoles, 20 de julio de 2011

La cabeza de una anciana en una fuente

Estoy en una casa grande y sola, una casa melancólica. Pongo música para espantar a los fantasmas pero la música suena triste track tras track. Salgo a la calle y descubro que el fantasma que me persigue es un farsante a pesar de tener las pupilas blancass. Se va en un cadillac mientras le mento la madre.

Ahora estoy en mi verdadera casa melancólica caminando por sus balcones. Todo está oscuro una vez más. Alguien, en tono de broma, me da en una fuente plateada la cabeza de una mujer anciana de los cabellos largos y totalmente canos. Sé que es falso como los ojos blancos del farsante. Cojo la cabeza y siento como mis manos se enredan en sus cabellos y lo lanzo hacia la calle. Pero todo ha sido tan real: sentir como mis manos se enredaban en sus cabellos para sujetarlo, las yemas de mis dedos rozando su cráneo, el peso de una cabeza. Despierto sobresaltado.

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